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Queridos lectores de Devinos con Alicia, el mes pasado os dije que nos íbamos a ir de «brunch eco» en el mes de Noviembre, pero primero me ha parecido conveniente dedicar este post al supermercado de comida orgánica de donde vamos a sacar todos los productos para hacerlo.
Hagamos en primer lugar una introducción al concepto de ecológico, biológico u orgánico (vocablos sinónimos que se usan dependiendo del idioma que hablemos). Pues bien, son todos aquellos productos de consumo que no se han visto alterados por procesos o productos químicos y, como resultado, se obtienen alimentos naturales. Estos productos pueden ser cárnicos, agrícolas, bebidas (vino y cerveza entre otras) e incluso ropa o productos de limpieza.
Este tipo de alimentos nos garantizan la eliminación del uso de fertilizantes y aditivos químicos, el uso de alimentos naturales (para alimentar a los animales) y el máximo respeto a la vida del animal: pastar en libertad y sacrificarlos de la manera menos dolorosa posible.
¿Qué se gana con todo esto? En el caso de los productos naturales, el sabor y los nutrientes se multiplican y, en el caso de las tierras, los suelos se cuidan más y pueden ser usados mucho más tiempo. Ni que decir tiene el impacto favorable que tiene para el medio ambiente el uso de este tipo de prácticas.
En España, el control y certificación de la producción agraria ecológica se lleva a cabo a través de consejos de Agricultura Ecológica Territoriales que dependen de las conserjerías de Agricultura de las Comunidades Autónomas. Los productos de agricultura ecológica llevan una etiqueta o contraetiqueta numerada y un logotipo específico con el nombre y el código del organismo de control y la leyenda «Agricultura Ecológica».
Junto a este sello, tiene que ir el sello que emite la Unión Europea, que identifica los productos de agricultura ecológica.
La certificación ecológica no es gratuita. Este esfuerzo económico adicional, sumado a los requisitos que se deben cumplir y a los controles a los que son sometidos los productos ecológicos, hace que estos productos sean más caros de lo normal.
Aquí os dejo unos ejemplos de etiquetas:
Desde el 1 de enero de 2009, la producción ecológica y el etiquetado de los productos agrícolas se encuentran regulados por el Reglamento (CE)834/2007.
KIKI MARKET, C/Cava Alta 21, abrió sus puertas el 18 de diciembre de 2013, gracias a la iniciativa de Javier Martín que, junto con un grupo reducido de amigos y socios, materializó la idea que le rondaba por la cabeza desde hacía tiempo. Entrar en Kiki Market es adentrarse en el universo de lo ecológico. Supone convertir el mero hecho de ir a hacer la compra en una placentera y gratificante experiencia foodie. Sin prisas, sin colas exageradamente largas, aquí se comparten recetas, se llama a los clientes por su nombre, se recomiendan productos nuevos (dejaos aconsejar por Maica, encargada y socia, que sabe muchísimo de este tipo de alimentación y pocas veces falla; ella es la responsable de que yo haya acabado con el uso indiscriminado de azúcar y sacarina y lo haya sustituido por sirope de agave), se charla sobre seguir una alimentación saludable y, en definitiva, se pasa un rato agradable y divertido.
Este maravilloso colmado de barrio (como sus propios dueños lo definen), de aire provenzal, puede presumir de ofrecer una extensa variedad de productos eco. Hasta un total de 3000 productos diferentes cubren sus estanterías, cajas y neveras. Reponen a diario y no hay producto que se les escape. Si no lo tienen, hacen lo imposible por conseguirlo.
Frutas y verduras, semillas, frutos secos, lácteos, carnes, pescados, embutidos, panes, cereales, dulces, helados, vinos, cervezas, licores, pastas, tés, cafés, salsas, aceites y vinagres, productos de limpieza, etc. Pero vayamos por partes.
En la zona dedicada a la fruta y verdura encontramos productos de diferente procedencia: mango y aguacate de Andalucía, boniato de Navarra, ajo negro de Córdoba, lechuga de Toledo, nabo Daikon de Segovia, clementina y naranja de Valencia, kiwi de Nueva Zelanda, jengibre de China, etc. Productos nacionales y extranjeros conviven en un escenario que es pura estética. ¡Apetece llevarse de todo!
En cuanto a las carnes, que proceden mayoritariamente de Cataluña: ternera y pollo principalmente.
Respecto a los pescados: salmón, arenque, lubina y dorada.
La panadería se repone diariamente. Todos sus panes son realizados con masa madre y en horno de leña, y los más interesantes son los de harina de maíz y pasas (irresistible), de harina integral de trigo con naranja y miel, de harina semi integral de trigo con pasas y nueces, de harina de espelta o de centeno que traen de Segovia (ideal para los que tienen intolerancia al gluten) y su maravillosa focaccia, que solo sirven los fines de semana.
En relación con los embutidos, os recomiendo encarecidamente la sobrasada. Pasando al sector lácteo, destacaría la mantequilla (con y sin sal) de Granja Cantagrullas, cuyo artífice, Rubén Valbuena, es el responsable de La Quesería de Conde Duque, de la que hablamos hace un año en nuestro post de regalos de Navidad.
Y en cuanto a la selección de quesos, destacaría los elaborados por La Quesería Artesana Talavera, tanto Reina (elaborado con leche de cabra pasteurizada y recién ordeñada), como Vettonia (queso curado de leche de cabra que obtuvo este año el primer premio en la Feria Nacional del Queso de Trujillo). Desde entonces, los hermanos Jesús y Luis Fernández, responsables de la quesería, no dan abasto.
En la sección de vinos, encontramos tanto vinos ecológicos: Mureda, Qubel, Le naturel (este último sin sulfitos añadidos), como vinos elaborados por bodegas familiares o pequeñas que se caracterizan por el extremo cuidado de la vid, el medio ambiente y todo el proceso de elaboración del vino: Bodega Vihucas y Bodegas mas dén Blei. Kiki Market cuenta además con una cava ubicada en la planta inferior del local, en la que se realizan talleres de cocina ecológica, presentación de productos nuevos, etc
Otra de las cosas que más me gustan de la filosofía de Kiki Market es que apuestan por pequeños productores que están empezando y que quieren dar a conocer sus productos; a pesar de no haber conseguido aún el certificado de ecológico, cumplen rigurosamente con los requisitos y la filosofía de este tipo de producción.
Muchos de vosotros sabéis que soy una gran aficionada a recorrer todo tipo de mercados, pero cada vez que voy a Kiki Market salgo con sensación de satisfacción, de saber que me estoy cuidando, aprendo cosas nuevas y cuando miro mi cesta de la compra sé que voy a disfrutar de los sabores de cuando era pequeña, de cuando un tomate sabía a tomate y no a cualquier otra cosa.
Si te ha gustado este artículo recuerda que, más abajo, puedes disfrutar de otros que seguramente encuentres igual de interesantes… o eso espero, porque la verdad es que los hemos hecho con mucho cariño. Así que si quieres apoyar a Devinos con Alicia, déjanos tu comentario en el cajetín del final de página 😉
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2 comentarios on “Yo, ya soy KIKI”