La ruta del orujo en el puente del Pilar

Queridos lectores, el mes pasado os adelanté mis planes para el mes de octubre y, como lo prometido es deuda, aquí estoy, dispuesta a relatar un fin de semana largo que fue un éxito rotundo.

El plan fue organizado por un amigo mío cuyo apodo, El Orujo, nos viene de perlas para titular este post, y su mujer, Pilar, y completado por las pequeñas aportaciones que cada uno de nosotros (éramos un grupo de doce)  íbamos haciendo de modo improvisado durante el fin de semana.

Con la carretera de Burgos un poco atascada, un recopilatorio de Los Secretos sonando en el CD del coche y una bolsa de 100gr de pipas de girasol que nos ayudó a distraernos durante el viaje comenzamos nuestra ruta foodie del puente del Pilar.

Nuestra primera parada fue en  Axpe-Atxondo, municipio de Vizcaya donde se encuentra el Asador Etxebarri. Para el que no conozca el asador, adelanto que ocupa el décimo tercer puesto en el ranking de The World´s 50 Best Restaurants  y luce una merecida estrella Michelín. Llegamos a Atxondo a las 20:30h  de la tarde, con luz suficiente para poder apreciar las maravillas del paisaje y el encanto del hotel  en el que nos alojamos durante dos noches.

Valle de Atxondo. Fuente: Vanessa Martín Youst para La vuelta al Mundo con Martiny (Devinos con Alicia Gastroblog © 2015)

Mendi Goikoa (Barrio de San Juan, 38 Axpe Atxondo, Vizcaya) es un antiguo caserío del siglo XVIII cuyo interior fue rehabilitado en la década de los noventa para convertirlo en un confortable, tranquilo y silencioso hotel de 10 habitaciones.

Hotel Mendi Goikoa. Fuente: Vanessa Martín Youst para La vuelta al Mundo con Martiny (Devinos con Alicia Gastroblog © 2015)

A pesar de que solo abre durante Semana Santa y el mes de Agosto, existe la opción de alojarse en el mismo siempre y cuando se reserve un mínimo de 5 habitaciones dobles o 7 individuales. También  se alquila con frecuencia para realizar eventos de empresa, bodas, fiestas, etc. Su bar restaurante ofrece la posibilidad de comer a la carta o degustando cualquiera de sus dos menús (largo y corto). El restaurante abre al público todos los fines de semanas, independientemente de que haya o no huéspedes en el hotel, y su barra es el lugar ideal para tomar un aperitivo a base de pinchos y cazuelitas.

Galería en el Hotel Mendi Goikoa. Fuente: Vanessa Martín Youst para La vuelta al Mundo con Martiny (Devinos con Alicia Gastroblog © 2015)

Siguiendo con mi historia, una vez realizado el check-in  y reunido todo el grupete, pasamos al comedor principal donde comenzamos a cenar a eso de las 21:30h. Nosotros nos decantamos por el menú corto (pactado con antelación al hacer la reserva). Para abrir boca, una ensalada templada de berberechos y tomate de la huerta que nos sentó de maravilla. Continuamos con un risotto de setas de temporada que, a pesar de que llegó a la mesa ligeramente templado, tenía un sabor exquisito. Como plato principal pudimos elegir entre merluza rebozada con pimientos rojos (espectacular) o solomillitos de ciervo. Y rematamos la cena con un arroz con leche. O, mejor dicho, más bien fue el arroz con leche el que nos remató a nosotros, por lo menos a mí, a pesar de estar bastante suave.

Cosas para comer. Fuente: Vanessa Martín Youst para La vuelta al Mundo con Martiny (Devinos con Alicia Gastroblog © 2015)

Terminada la sobremesa  y después de los cafés, poleos y algún que otro gintonic, algunos de nosotros nos fuimos a dar una agradable caminata por los oscuros alrededores.

Al día siguiente hubo toque de diana a las 09:00h de la mañana, pues habíamos quedado a las 10.00 h para hacer una de las múltiples caminatas que ofrece el valle de Atxondo. Tenéis toda la  información de los diferentes recorridos en la web del ayuntamiento (www.atxondo.net). Nosotros elegimos un tramo de 7km de la antigua senda del ten que recorría el valle desde Apatomonasterio hasta lo que los paisanos llaman el Tope, que es el final del camino, donde hay una casa con varios merenderos. La caminata nos sentó de maravilla y despertó nuestro apetito, que fue inmediatamente satisfecho en El Asador Etxebarri.

La cocina de Victor Arguinzoniz, mago de las brasas y maestro de lo artesano, nos enamoró. Esta cocina está  basada en productos de máxima  calidad, tanto propios (cultiva, cría y elabora todo lo que puede) como ajenos (lo que no puede se lo compra a los mejores) y donde las brasas provenientes de diferentes tipos de leña y usadas en función del plato que se cocina juegan un papel fundamental.

El asador ocupa un antiguo caserío reformado que cuenta con diversas salas, algún que otro reservado y terraza.  La decoración es minimalista, de colores neutros y espacios  despejados. En todas las salas del restaurante  priman el orden y la armonía.

Sala de Asador Etxebarri. Fuente: Vanessa Martín Youst para La vuelta al Mundo con Martiny (Devinos con Alicia Gastroblog © 2015)

De aperitivo comenzamos tomando en la barra del bar  la cerveza que se elabora artesanalmente en el asador y a continuación subimos a la planta superior, a un reservado, para iniciar nuestro menú degustación.

Menú degustación, Asador Etxebarri. Fuente: Vanessa Martín Youst para La vuelta al Mundo con Martiny (Devinos con Alicia Gastroblog © 2015)

Sorpresa, diversión, placer, disfrute… Todos los platos me encantaron, pero me fascinó el queso fresco de búfala, la mantequilla de cabra, la anchoa al salazón, el tartar de chorizo, el besugo con verduras y el helado de leche reducida con jugo de remolacha.

Algo para comer, Asador Etxebarri. Fuente: Vanessa Martín Youst para La vuelta al Mundo con Martiny (Devinos con Alicia Gastroblog © 2015)

Durante la comida pedimos tres vinos tintos diferentes. Empezamos siendo bastante prudentes (en cuanto a precio se refiere, que no a cantidad) con Lindes de Remelluri 2011, seguimos con  Pintia 2010 y acabamos tirando la casa por la ventana, fruto de los efectos de tan ricos caldos, con  Abel Mendoza Grano a grano, 2010. Después de los cafés e infusiones y gracias a Arturo Romera pudimos visitar las cocinas. Vimos las parrillas, las brasas, el fuego con la leña… Todo asombroso.

Tras la visita y para culminar un momento tan especial empezó la ronda de gintonics en la terraza. Fotos, risas, buenas conversaciones… Fue una velada mágica por la compañía, por la comida, por la bebida, por el entorno…

Al día siguiente abandonamos el hotel y pusimos rumbo a Haro. Hicimos un alto en el camino  para visitar el mirador y el santuario del Parque Natural de Urkiola, en el municipio de Abadiño. Dimos un agradable paseo hasta el mirador para deleitarnos con sus grandiosas vistas, hicimos una intentona fracasada de visitar el santuario y compramos productos de caserío en los puestos allí instalados.

Una vez en Haro y hecho el chek-in  en el hotel Arrope, nos fuimos a comer a Briñas, pequeño municipio colindante con Haro y de gran tradición vitivinícola. El restaurante elegido por Eduardo y María, nuestros anfitriones de Haro, fue el Mesón Chomín. Es un restaurante de comida típica riojana, con mucho plato de cuchara, de cantidades abundantes y muy buena relación calidad precio. Compartimos varias raciones de menestra de verduras (cada verdura rebozada), patatas a la riojana y alubias con chorizo (todos estos platos son hits del restaurante). De segundo, a destacar las chuletitas de cordero a las brasas de sarmiento, que estaban sabrosísimas, el chuletón a la parilla y el bacalao a la riojana. Los acompañamientos, tanto de patatas fritas como de verduras, de diez.

Menestra, chuletitas a las brasas y alubias en el Restaurante Chomín. Fuente: Vanessa Martín Youst para La vuelta al Mundo con Martiny (Devinos con Alicia Gastroblog © 2015)

La carta de vino, riojana, como era de suponer. Ofertaban ese día un Viña Pomal crianza (no recuerdo el año) a 16 €, pero al final nos decantamos por un tradicional y siempre correcto Muga crianza. Casi todos obviamos el postre, excepto alguna valiente que pidió tarta de milhojas. El servicio bastante bueno y rápido. Un restaurante absolutamente recomendable.

Al salir del restaurante y casi pegado a él nos encontramos con las Bodegas Ramón de Ayala e Hijos. Las puertas estaban abiertas y pudimos ver en funcionamiento la prensa neumática, el mosto recién exprimido y los restos de la prensa.

Hollejos. Fuente: Vanessa Martín Youst para La vuelta al Mundo con Martiny (Devinos con Alicia Gastroblog © 2015)

Tras una larga siesta y recuperadas las fuerzas, aunque no mucho el apetito, nos fuimos de reconocimiento por  La Herradura, la zona de bares y restaurantes más conocida y animada de Haro, al lado de la plaza de la Paz. Las noches de la Herradura son animadísimas. La gente llena las calles sin que estar con una  copa de alcohol en las manos suponga  un problema. Lo recomendable es ir de pinchos de bar en bar probando diferentes vinos y las especialidades riojanas de cada casa. Nosotros empezamos en el Asador Beethoven I  para continuar en el Mesón Los Berones y El Remolino y finalizar en El Madrid.

A la mañana siguiente y antes de volver a Madrid, decidimos hacer un par de paradas más: Samaniego y Laguardia. En Samaniego paramos en las Bodegas Ostatu (Carretera Vitoria, 1). Nuestra parada fue únicamente para comprar vino, aunque la bodega también se puede visitar. En la tienda puedes probar casi todos los vinos que elaboran, algo que te facilita bastante las cosas a la hora de decidirte por un vino u otro. Compramos varias botellas de Ostatu Reserva 2010 y una botella de Laderas de Ostatu 2010. Además os informo de que su tinto joven de maceración carbónica está estupendo.

También en Samaniego, y si tenéis oportunidad, visitad las Bodegas Remírez de Ganuza, Calle Constitución, 1 (una de mis bodegas riojanas preferidas y que visité en el año 2013). Las visitas solo se realizan previa reserva enviando un correo a: visitas@remírezdeganuza.com o en el teléfono 945609022. La visita cuesta 20€ y se catan dos vinos. Generalmente se cata el tinto Erre Punto, insuperable maceración carbónica y otro tinto reserva. Actualmente el Erre Punto 2014 está agotado por lo que hasta febrero/marzo de 2015 será sustituido por su blanco criado en barrica.

Contentos con nuestras compras y apurando el tiempo al máximo nos fuimos a Laguardia para visitar la Bodega Eguren-Ugarte, Carretera  A-124, Km 61, 01309 Laguardia. Las reservas de las visitas se realizan a través del teléfono 945600766 o a través de su página web. Una de las peculiaridades de esta bodega familiar, que inició su andadura en 1870, es la existencia de una galería subterránea de una extensión aproximada de 2km, donde se almacenan los vinos. Cualquier cliente de la bodega que realice una compra superior a 600€ o compre una barrica de vino Club 25 Martín Cendoya o vino Club157  Reserva, podrá hacerse con un nicho de la galería para conservar sus vinos y entrará a formar parte del selecto club de Nichos- Barricas Victorino Eguren Ugarte.

Formar parte del club conlleva una serie de ventajas, como la posibilidad de hacer uso de los txocos privados de la bodega, descuento en su restaurante, hotel y en sus eventos privados, etc. De los tres vinos que catamos: Kame, Muskat 2014; Ugarte, Crianza 2012 y Martín Cendoya, Reserva de 2009, ganó por goleada este último. Es un Rioja de corte moderno, potente, equilibrado y muy elegante.

Galeria subterránea, nicho de almacenaje y botella de Martín Cendoya. Fuente: Vanessa Martín Youst para La vuelta al Mundo con Martiny (Devinos con Alicia Gastroblog © 2015)

eso de la 13:00h salimos de Laguardia en dirección a Madrid. Ya en la N-II y con hora y media de coche en el cuerpo, paramos a comer en el Landa. Este afamado hotel y restaurante burgalés es parada obligada para todo aquel que transite por la N-II sea cual sea su dirección.

Jardín del hotel/restaurante Landa. Fuente: Vanessa Martín Youst para La vuelta al Mundo con Martiny (Devinos con Alicia Gastroblog © 2015)
Patio interior del hotel Landa. Fuente: Vanessa Martín Youst para La vuelta al Mundo con Martiny (Devinos con Alicia Gastroblog © 2015)

 Nosotros comimos en la barra de su concurrido bar. De los platos que he probado de la carta del bar os recomiendo la morcilla de Burgos, la cazuela de pimientos rojos, los huevos fritos con morcilla, las albóndigas de ternera y el bocata de chistorra con Idiazábal.

En el Landa acabó nuestro lúdico, placentero  y agotador puente del Pilar. Al día siguiente comencé un plan detox que duró seis días… Es broma.

Espero que este post os sirva de guía y nos vemos el mes que viene en un brunch de lo más eco. Y esto sí que va en serio.  

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1 comentario on “La ruta del orujo en el puente del Pilar”

  1. Gustavo Responder

    Hola Vanesa no puedo mas que confirmar todo lo que con maravillosa prosa nos cuentas , ya que como sabes, fui el extranjero de la partida.
    Que los lugares son mas que recomendables, que la hostelería excelente, los platos de una esquisites absoluta pero lo mejor la compañía de esos entrañables amigos del corazón, amigos y sorpresas, como la tuya, ya que nos conocimos en el gastronómico viaje, un beso grande y te seguiré leyendo desde Argentina.

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