Dime con quién andas y te diré dónde ir

En los últimos tiempos e independientemente de con quién quede a tomar algo, la responsabilidad de elegir  local suele ser  mía. No sé si soy yo la que fuerza que la elección caiga sobre mí o si, simplemente,  mis parteners se dejan hacer deliberadamente y aprovechando que conozco sus preferencias y debilidades culinarias. Sea cual sea el caso, la cosa es que no es lo mismo elegir un restaurante para comer con mi padre (amante del buen comer español y de las raciones generosas), que hacerlo para picar algo con mi madre (enamorada de la comida oriental cocinada al vapor y de fácil digestión). Con  mi post de Julio pretendo dar un paseo culinario por diferentes lugares de la capital y trato de descubrir diferentes locales dependiendo de quién sea mi compañero/a de faena. En casi todos los casos y, no sin estrujarme la cabeza, he dado en el clavo con mi elección  saliendo airosa de no tan fácil tarea. Y entrando en materia aquí os dejo mi selección de restaurantes:

Para mi padre elegí “Los Asturianos”: C/ Vallehermoso 94.

Este restaurante ha sido uno de mis más preciados descubrimientos de este año en la capital y ello se lo debo a mi tía Rosalía, ya que fue ella la que insistió en que debía conocerlo. El local está decorado sin ninguna pretensión estética. Es más, se podría decir que es un bar de los de «toda la vida» en el que se mezclan el ladrillo visto, el mobiliario de madera oscura y las grandes pizarras ofertando sus raciones y vinos. El local tiene la zona de la barra, con unas cuatro mesas, que continúa en un estrecho pasillo para dar paso a un pequeño comedor más íntimo. Pero bajo esta apariencia del más clásico de los bares descubrimos un restaurante de comida cántabro-española de diez.

Recetassencillas con un punto de sofisticación (en algunos casos)  y cocinadas por Doña Julia desde hace ya más de 40 años entre las que destacamos el carpaccio de rape con caviar de oricios, los berberechos (sólo en temporada), las sardinas confitadas sobre lecho de tomate, la carrillada de buey, la ventresca de bonito  (sólo en temporada y para chuparse los dedos), las verdinas con marisco y su famoso flan de queso. Otra de las cosas más sorprendente del restaurante  es que estamos ante una de las mejores bodegas de la capital. Carta de vinos de más de trescientas referencias y donde el vino portugués brilla con luz propia. Los hijos de Doña Julia regentan el local: uno de ellos es sumiller y enólogo (Belarmino Fernández) y el otro sumiller y periodista  gastronómico (Alberto Fernández). Además elaboran su propio vino en Méntrida (Bodegas Canopy).  El servicio es muy bueno. Precio medio 45€.

Sardinas confitadas de Restaurante «Los Asturianos». Copyright: Verema
 
Exterior de Restaurante «Los Asturianos». Fuente [en línea]: www.comerentreasturianos.com
Flan de queso de Restaurante «Los Asturianos». Fuente [en línea]: TripAdvisor

Para mi madre elegí Nakeima: C/ Meléndez Valdés, 54.

Taberna asiática especializada en dumplings y donde conseguir mesa o taburete es una auténtica proeza. Su sistema de reservas es tirando a tedioso: sólo dan de comer a 20 comensales por servicio y la reserva de tu mesa sólo la puedes hacer previa cola en la mismísima puerta del restaurante donde esperas hasta que algún miembro del equipo abre la lista de reservas para ese servicio (13:30 a la hora del almuerzo y 20:30 a la hora de la cena).

Si te quieres garantizar la reserva es conveniente que llegues un par de horas antes del horario oficial de apertura (y os aseguro que merece la pena la espera). Si consigues mesa y una vez dentro,  descubres un  local  tirando a pequeño, con una barra para ocho comensales, un par de mesas altas y una cocina vista donde sus chefs (formados en DiverXo, El Cenador de Salvador y Nikkei 225, entre otros restaurantes), no paran. La carta varía casi a diario y es recomendable dejarse aconsejar por el personal pues la primera vez que lees la carta es probable que no entiendas nada. Algunos de los platos que pedimos fueron los siguientes: rollitos de verduras con albahaca y cilantro, dim sum de vieira y setas, siu mai de papada (otra clase de dim sum), sashimi de bonito con espuma de escabeche, niguiris de gamba al ajillo, niguiris de hamachi (éstos dos últimos preparados en la barra y ante los atentos ojos de los comensales), bao de pollo con carabineros (una especie de mollete oriental) y bundwich Mr Chang (sandwich realizado con pan chino y relleno de panceta ibérica). Todo esto acompañado de cerveza y albariño. La carta de vinos es muy escasa y nada de Rioja o Ribera.  Como chascarillo de última hora os puedo decir que a partir de Septiembre van a inaugurar la parte de arriba del local y van a modificar su sistema de reservas haciéndolo más fácil para el cliente aunque no nos han revelado de qué se va a tratar.

Pizarra carta de Nakeima. Fuente: Vanessa Martiny para Devinos con Alicia
Dim Sum de Vieiras. Fuente: Vanessa Martiny para Devinos con Alicia
Bao de pollo y carabineros. Fuente: Vanessa Martiny para Devinos con Alicia

A mi pareja, otro enamorado de la gastronomía y que se atreve con todo tipo de propuestas culinarias, le llevé a D’stage: C/ Regueros, 8.

Hace tiempo que sigo a  Diego Guerrero y desde que se instaló hace ya un año en la Calle Regueros había estado intentando reservar hasta que, finalmente, lo conseguí hace unos meses. Nada más abrir la puerta del local empieza la fiesta. Al entrar al restaurante, de grandes dimensiones, exagerado look industrial y perfecta iluminación, eres recibido muy amablemente por una camarera que te instala en la zona del bar donde te tomas un aperitivo delicioso (erizo de mar con dashi cítrico y que nosotros maridamos con un fino en rama de bodegas Lustau) antes de empezar con el menú.

Elegimos el menú de diez platos pero hay otro más largo de 13. Una vez instalados en la mesa y habiendo pasado por la barra de la cocina vista, donde te tomas otro aperitivo (ceviche de carabineros sobre piedra de  sal), comienza una sucesión de platos que visualmente son un espectáculo y  para el paladar un auténtico deleite. Mis platos preferidos de todo el menú fueron: Con todo el corazón, Mochi de Huitlacoche, los Raviolis de alubias de Tolosa y la Tira de vaca vieja cocinada a baja temperatura durante horas y horas. En los postres; la recreación del bosque con Caracol  y el Ajo Morado.

No desvelo ninguno de sus platos pues hay que ir a descubrirlo antes de que te lo cuenten.

En cuanto al vino,  nosotros nos saltamos el maridaje y pedimos un Priorato: Martinet Bru. Antes de finalizar el servicio sale a saludar Diego Guerrero mesa por mesa. Nos pareció todo un detalle y  acabó de rematar un servicio que nos pareció excepcional en todo momento.

Erizo de Mar. Fuente: Vanessa Martiny para Devinos con Alicia
Raviolis de Alubias de Tolosa. Fuente: Vanessa Martiny para Devinos con Alicia
Bisque con caracol. Fuente: Vanessa Martiny para Devinos con Alicia

Para mi hermano, seguidor confeso del mundo micológico elegí El Cisne Azul: C/Gravina, 19.

A escasos minutos de la Plaza de Chueca se encuentra el templo micológico por excelencia de la capital. Bar de barrio (de los de azulejo) y con bastante solera, ruidoso donde los haya y donde no se aceptan reservas, encabeza la lista de los mejores restaurantes de setas de España. La oferta de setas (cardo, níscalos, boletus, colmenillas, etc…) que está expuesta en vitrina vista encima de la barra es amplísima durante todo el año (aunque es recomendable ir en temporada de setas). En el Cisne Azul las  cocinan en revuelto, con foie, con huevo de corral, con jamón, etc… Los platos de verdura también son excepcionales. Su carta de vino no está mal.

Hace unos años, y ante la creciente afluencia de público, abrieron en la misma calle y un poco más abajo su segundo restaurante. Pero tiene mucha más gracia y ambiente el original. El precio medio ronda los  40/50€

Vitrina con selección de setas. Fuente [en línea]: www.vip.gourmet.com
Boletus con huevo. Fuente [en línea]: www.minube.com

El Barbillon Oyster: avenida de Valdemarín 164-168.

Es el restaurante perfecto para mi mejor amiga por su antediluviana debilidad por las ostras. Restaurante de dimensiones considerables (cuenta con terraza de invierno y de verano) y decoración bastante cálida. Está diseñado en torno a un eje central que es la barra, que a su vez, está rodeada de mesas tanto altas como bajas. El local está siempre lleno, tiene muchísimo “ambiente” casi todos los días de la semana. Algo que no es de extrañar pues la calidad del producto es excepcional. Tanto la carta menú como la de vinos está bastante cuidada. Excelentes sus tartares tanto de carne como de atún y entre los platos a compartir destacar la burrata, las alcachofas crujientes, la ensalada de ventresca, la ensaladilla y la flor de calabacín rellena de queso. Para los amantes de las ostras, las venden por unidad y en tres versiones diferentes. ¡Ojo a los postres!, muy recomendable La Tarta Árabe.

Tarta árabe. Fuente [en línea]: www.cucharaotenedor.com

Restaurante Cómala: Plaza de la Lealtad, 3.

Taquería/restaurante donde llevé a mi mejor amigo  y su mujer (fieles amantes del tequila) y del que salimos todos encantados (no sé si fue por las margaritas o por ser Abraham García el responsable de tan  original cocina que fusiona lo mexicano con lo español). Bromas aparte, la fusión es todo un triunfo y queda  plasmada en una carta que es de lo más original y apetecible: riquísimos los tacos de ropa vieja al buen gusto Andaluz; los de  Huitlacoche (hongo negro del maíz muy típico de Mexico) y queso de Arzúa; el salmorejo de fresones con jamón ibérico, nopales y tortillas de maíz fritas; las albóndigas de ibérico en salsa mexicana con Cous-Cus al azafrán; el
lomo de ternera con mole poblano y tamales de maíz y, por último, su riquísimo guacamole con tortillas de maíz y plátano frito. La Carta de vino no es muy extensa y está un pelín subida de precio.

Los cócteles excepcionales y la selección de tequilas como  para animarse. El precio final (a pesar de que el precio del alcohol es algo elevado) es bastante razonable. Es una oportunidad única para probar una original cocina de fusión de la mano de uno de los mejores chefs de nuestro país, y todo ello sin que suponga un roto para nuestros bolsillos.

Tacos de Huitlacoche. Fuente [en línea]: Trip Advisor
Albóndigas de ibérico. Fuente [en línea]: Trip Advisor

La Pajarita: C/Apodaca, 20.

Local en el que vuelve a triunfar el concepto de cocina de fusión. Se mezcla la cocina española con la del resto del mundo y todos los platos están pensados para compartir.

Se puede comer a la carta pero lo idóneo es pedirse cualquiera de sus dos menús. Uno de 32€ (para dos personas) y otro de 60€ (para 4 personas). El ticket medio suele rondar los 25/30€ y varía dependiendo de las bebidas con las que marides la comida. Es un tipo de cocina muy divertida que pude compartir con mi queridísima ahijada (incipiente foodie veinteañera). Os dejo alguno de los ejemplos de los platos que más nos gustaron: coca guanajuatense (crujiente de chimichurri con purés de aguacate, frijol y queso fresco), sashimi de berenjena, un dos tres malasaña (patatas crujientes con huevo y crumble madrileño), macarons mejicanos y el baozi de cebón (mollete oriental relleno de carne de cebón con ali oli de chiles secos). Por la noche el local se anima después de la cena y es muy apetecible quedarse tomando algunos de sus cócteles.

Un, dos, tres Malasaña. Fuente: Vanessa Martiny para Devinos con Alicia
Boazi de Cebón. Fuente: Vanessa Martiny para Devinos con Alicia
 

La Gastrocroquetería de Chema: C/ Barco, 8. Ubicado en el barrio de Triball.

Restaurante de cocina creativa que reinterpreta el mundo de la tapa y el croquetil: idóneo para ir con un grupo de amigos. A partir de seis comensales te obligan a pedir cualquiera de los dos menús. Además de su carta basada en imaginativas recetas de croquetas (de setas sobre tomate caramelizado y parmesano, las líquidas de queso o las llamadas perritos), ensaladas, cazuelitas (mención especial a la fideuá en costra) y trabajada lista de tapas (tacos de butifarra pibil o fondeu de queso al curry con croquetas de pollo) el restaurante ofrece dos dos menús (mínimo para dos personas):

  1. De tapas por Madrid: Una selección de seis tapas de la carta (croquetas, cazuelas y tapas). Varía a discreción del premiado chef Chema Soler. No incluye ni postre ni bebida. Tiene un coste de 16€. Menú excelente tanto en  calidad como en cantidad. Fui con mi grupete de amigos después del teatro y casi salimos rodando.
  2. Menú degustación Gastro: incluye aperitivo, cinco platos de la carta (algunos de ellos premiados en concursos nacionales) y postre. Su coste es de 30€ (sin incluir bebida…).
Dúo de croquetas liquidas de queso. Fuente: Vanessa Martiny para Devinos con Alicia

 Se me olvidaba, el  pan es increíble y el servicio esplendido.

Sólo me queda despedirme de vosotros y desearos un feliz verano. El blog también se toma sus vacaciones en Agosto y volverá con fuerza en Septiembre, mes para el que tenemos preparado dos nuevas incorporaciones.

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